Tu as mon coeur

Nunca pude llegar a imaginar esto que estoy sintiendo. Llamadme romántico, estúpido o soñador, pero realmente creo que no tengo otra descripción mejor. Todavía recuerdo el olor de ese perfume que me enamoró, de esa mirada que me cautivó y de esos besos que me hicieron soñar. Cada día al despertarme recuerdo el sabor de esos labios que un día me hicieron volar, de esa tímida sonrisa que formaba su boca cuando nuestras miradas se encontraban y  del tacto de sus dedos al entrelazarse con los míos. Aunque alguien me hubiese dicho que aquel día, cuando nuestras figuras chocaron, esa primera mirada lograría que me enamorase de ella, no me lo habría creído. Toda nuestra historia, aunque breve, ha sido intensa. Como en un cuento de hadas. Y tanto es así, que siempre tiene que aparecer un personaje antagonista, y ese personaje apareció, apareció inesperadamente. Todo estaba acordado y yo, tonto de mí, estaba feliz, feliz de que por fin podría besarla y estrecharla entre mis brazos. Y cuando por fin la tuve frente a mí, supe que algo no iba bien. Supe que yo no era el príncipe de sus sueños y que nuestra historia había llegado a su final. Lo sabía, pero no quise creerlo. Todos los días que pasé cerca de ella estuve obsesionado con conseguir un beso de su boca, y tanto fue así, que no paré hasta conseguirlo. A ella no parecía importarle tener un chico que estuviera cada dos minutos mandándole mensajes que decían “Te quiero”, no parecía importarle jugar conmigo, porque en el fondo sé que es lo que hizo. Hizo y deshizo todo a su gusto: cuando ella quería, yo estaba allí para abrazarla y para besarla; pero cuando no era así, yo era el que lo pasaba mal, el que lloraba pensando lo que podía haber sido. Pasamos, o pasé a pesar de todo, varios días estupendos, maravillosos e inolvidables. Tan inolvidables que ahora no consigo alejar su imagen y los recuerdos de esos días de mi mente. De cada palabra que me hirió profundamente. De sus lágrimas al saber que podría perder al príncipe de sus sueños por mi culpa. Y de ese simple y frío adiós, que hizo que ella y yo nos despidiésemos para siempre.
2 Responses
  1. qe triste, pero qé bonito!

    te sigo si?pásate por el mío si quieres^^
    unbesitto!=)


  2. Yamilet.. Says:

    Hola!
    Me gusta mucho tu blog y tambien tus entradas, te sigo(:
    Saludos!